PROFECÍA
La profecía que se auto realiza es, al principio, una definición “falsa”
de la situación, que despierta un nuevo comportamiento que hace que la falsa
concepción original de la situación se vuelva “verdadera”.
Robert K Merton
De la nada comienzan a aparecer
en los muros la leyenda #es Claudia, un misterio envuelve el hecho, nadie se
abroga la responsabilidad, peor que un virus que se multiplica exponencialmente, #es Claudia invade el espacio público.
Desde
el ama de casa, el oficinista, el albañil, el periodista comentan, chismean,
cotillean será Claudia, será Claudia, la mano que mece la cuna, será una señal
desde el Olimpo, Dios nos indica el camino correcto, mientras las paredes siguen
su canto repetitivo #es Claudia.
El imaginario se va construyendo, si es
Claudia hay que estar con Claudia, es absurdo no estar con Claudia si va a ser
Claudia. ¿Alguien, en su sano juicio, quiere que no sea Claudia? Imposible, mejor
ganar que perder.
Tardíamente, bastardos imitadores, cubren
algunos espacios con #ahora es Adán o #Marcelo va, recordando a todos que está marcado
el destino: #es Claudia. Mala suerte el que golpea primero golpea dos veces.
Cuando llega el momento crucial de
preguntar quién es la elegida, todos saben #es Claudia.
Lo que fue falso ya es verdadero. La
magia se ha consumado.
¿Quién es Claudia? No importa. ¿Qué
piensa? Menos.
Quien no sea Claudia es material de desecho,
en el mejor de los casos de reúso, siempre y cuando Claudia lo permita,
finalmente ya todos comprobamos fehacientemente #es Claudia.
El gran brujo ha hecho verdadero lo
falso.
El brujo y una cantidad nada
despreciable del despreciable flujo monetario. Dinero que nadie sabe de dónde salió,
un milagro siempre se refuerza con otro milagro, es ley divina. Más vale no
preguntar, se vayan a enojar con el preguntón y le manden una potente descarga
de rayos y centellas que lo fulminen.
Todos sabemos que es Claudia, no queda
más que traspasarle, en recuerdo y honor de los ancestros, el bastón de mando. Elevarla
al lugar sagrado, reservado para los que se les otorga la tarea de conducir al
pueblo rumbo al paraíso, entre magia y misticismo que legitime, la mística al
servicio del poder.
A los disconformes el ostracismo, a los
sumisos un pedazo de hueso.
¿Y si no
es Claudia?
Es Claudia!! Aquel costo? O, está todo calculado??
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