Tres Preguntas Tres
Marx Arriaga, Et. Alt.
Presente
Como
ciudadano interesado en la educación, de mis nietes (por la corrección
política) y del resto de los infantes e infantas de este país, tan necesitado
de mejorar la educación que el Estado a través de los diversos gobiernos ha
impartido, me permito realizar tres preguntas sobre lo que ustedes llaman
“Nueva Escuela Mexicana”.
Espero
reciba usted con buen talante las dudas que florecen en mi cerebro, un poco
anquilosado por los años, pero dispuesto a dar la batalla hasta el último
instante; parafraseando su dicho sobre la defensa hasta la muerte que usted
está dispuesto a llevar adelante por la Nueva Escuela y sus libros de texto,
espero sinceramente que haya sido un simple ejercicio metafórico.
Admito
ser un esbirro del racionalismo, así me educaron en mi casa y en la escuela
hasta llegar a la UNAM, mucho antes de que el azote del neoliberalismo campeará
por tierras de Aztlán, cuando la Revolución Mexicana (tercera transformación)
dominaba a diestra y siniestra por el camposanto de la nación.
Me
enseñaron que para enfrentar un problema lo primero que se requiere es
definirlo bien, elaborar un diagnostico de la situación prevaleciente para
encontrar sus fallas y puntos críticos, para a continuación construir rutas
para mejorar o cambiar de raíz si así se considera.
Entiendo
su objeción de fondo, el modelo
educativo mexicano ha sido individualista, me ahorro la plétora de adjetivos
que añaden en sus textos, centrado en el alumno, corolario de una visión liberal,
moderna de la sociedad que ha postrado al país, por tanto hay que adoptar una
nueva perspectiva, ahora la educación tendrá como núcleo fundamental la
comunidad, acompañada de padres y maestros para que niñas y niños se integren
plenamente a la comunidad que pertenecen y la refuercen en el futuro, si me
equivoco favor de corregirme.
Sr
Arriaga, trayendo a colación un viejo anuncio donde un niño pregunta a su apa
por la camioneta, le pregunto: ¿Y la comunidad donde esta?
Uno
supone, prejuicio racionalista, que tienen ustedes detectadas las comunidades realmente
existentes en las cuales están ubicadas las escuelas de enseñanza básica,
condición indispensable para su genial proyecto, algo así como tener agua para beber
y saciar la sed.
Puedo
admitir mi ceguera ante la existencia de dichas comunidades, debido al sesgo
cognitivo que todos padecemos, sesgo que en su caso les descubre comunidades activas,
vivas, fuertes cada tres pasos; de ser así le solicito, de la manera más
atenta, haga pública la relación de comunidades que serán el centro de la gran
transformación de la educación en México, para tranquilidad de un servidor y de
miles de padres y madres que quizá tampoco ven el gran florecimiento de la vida
comunitaria que vive nuestra nación.
Por
cierto, según datos del INEGI, hay un cuarto de millón de escuelas públicas en
México, la lista de comunidades debe ser bastante larga.
Ya
que andamos con los datos (sus datos, no otros) mas de dos millones de maestros
conforman el gran ejercito de la “Nueva Escuela Mexicana”, dispuestos a decolonizar
la mente de sus alumnos, mostrar cómo son objeto de la explotación y
conducirlos para que tomen el camino de la liberación de sus comunidades.
Segunda
pregunta, ¿Les informaron de su papel en la gesta histórica, los adiestraron en
los nuevos métodos pedagógico-didácticos para tan sublime labor, transformaron
su mente enviciada por el individualismo durante años?
La
duda me asalta, lo mío no son las convicciones firmes, a prueba de todo
cuestionamiento. Sólo alcanzo a ver que tendrán unos libros de texto
entregados, literalmente, minutos antes del banderazo que inicie la Gran
Transformación.
Tercera
pregunta, última para no llenar el buche de piedras, ¿Avisaron a los padres y/o
abuelos y/o hermanos mayores y/o otros familiares de la tarea asignada como indispensable
guía, apoyo, acompañamiento del nuevo hombre y mujer en gestación?
O
a la mexicana, sobre la marcha.
Una
disculpa por tanta pregunta insidiosa, pero como bien saben ustedes, “La burra
no era arisca, la hicieron”, refrán popular muy común en algunas comunidades.
Mi querido miembro * comunitario *, festejo sus muy atinas preguntas, ojalá y encuentren eco y haya respuestas. saludos Micky (otro comunitario)
ResponderBorrarComo miembro del grupo de esbirros, me parecen sumamente atinadas las preguntas.
ResponderBorrarEspero que haya respuesta y esta no sea ta laberíntica y huidiza como se acostumbra.