La soberania y el amasiato




 Soberanía, para que nos entendamos, aquí sólo mis chicharrones truenan. Para los letrados, ejercicio de autoridad en un cierto territorio. Los politólogos y juristas pueden complicar el asunto de manera perpetua y tema predilecto de políticos encumbrados en el poder que desean aplicar la idea de que la soberanía soy yo, ejemplos hay cientos.

Míster López acude a mentar la soberanía cada dos por tres, se trate de La Madre Patria, aunque sea para cometer matricidio, de la nefasta Unión Europea que se mete donde no le importa y, por supuesto, el enemigo mayor, el imperio del mal, "los americanos".

Sin embargo, la idea de soberanía implica que tú eres tú y yo soy yo, tú eres Estados Unidos de América y yo soy Estados Unidos Mexicanos. Tú hablas inglés y yo Náhuatl, perdón Español de México, uno al sur del rio Bravo y el otro al norte del Bravo´s river, unos morenos y otros blancos (con unos negros y otros latinos).

Tacos y tlayudas de un lado, hot dogs y hamburguesas del otro, para entendernos bien.

Pero resulta, para desgracia de la soberanía, que lo que eran dos, nítidamente distintos y distantes, se les ocurrió revolverse, cruzarse, mezclarse, enlazarse, se hicieron amantes, casi sin darse cuenta.

Obra pérfida de los neoliberales.

Un amasiato, como todos, problemático, muy problemático, pero amasiato al fin, donde el tú y el yo se difumina.

Los morenitos decidieron "colonizar el norte" a pie, millones pasaron y pasan la raya, con muro, con río, con desierto de por medio, pero se asientan en casa del otro, la mayoría sin permiso, descalabro para la soberanía made in USA.

Bastantes "güeritos" decidieron que México es un extraordinario lugar para pasar los últimos años de su vida, calor y precios asequibles.

Soberanamente ambos decidieron firmar un acuerdo de libre comercio y ratificarlo, ahí están las firmas: Salinas y Clinton, López y Trump; el amasiato comercial en su esplendor, van y vienen bienes de todo tipo.

Los "Americanos", para su desgracia, se convencieron que consumir drogas es muy happy. Los benevolentes mexicanos se dedican a llevarla hasta la puerta de su casa, como si fuera Amazon. En correspondencia los del norte abastecen de armas a los del sur para que diriman sus controversias comerciales mediante el método de aniquilar a la competencia y quien se atraviese en su camino.

Millones, si millones del norte vienen a las playas del sur, dejan dólares y algo más. Menos personas, pero nada despreciable, los del sur visitan el norte, pa conocer, pa visitar a la familia o jugar su dinerito en Las Vegas.

Los de dinero del sur añoran ser del norte y compran departamentos en Dallas, Austin, Miami y New York, y hasta hablan ingles, bastante malo.

Ya se me estaba olvidando, los evangelistas del norte invaden tierras católicas para traer la "verdadera" religión, una nueva afrenta a la indispensable descolonización, emprendida por el Tlatoani de turno.

Ya no sigo. El amasiato, legal e ilegal, es omnipresente.

Así que la soberanía parece una entelequia decimonónica.

Hasta López tuvo que aplaudir la llegada de TESLA, aunque se le veía un poco amarillo.


PD ¿Tienes parientes en el Reino del Mal?




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