The tres amigous
Se reunieron los tres más manda de Norteamérica en la Ciudad, que fue de los palacios, ahora es un batiburrillo espantoso, sin tomar en cuenta el Metro y los sabotajes que sufre #Es Claudia, pero no nos desviemos en bagatelas locales.
Haciendo un símil, con un famoso western del siglo pasado, "El Bueno, el malo y el Feo" podríamos titular el encuentro: "El indulgente, el ansioso y el parlanchín"; ya sabe usted quién corresponde con quién.
El indulgente, que también se puede denominar paciente, con su cara de "no rompo un plato", "soy más bueno que el pan recién horneado", repartiendo sonrisas a diestra y siniestra sacó su enchilada completa (más bien hamburguesa) y hasta Ovidio pasó a engrosar las filas del penal del Altiplano y pronto será un migrante (documentado) al norte del rio Bravo.
Como parlanchín quiere mucho a venezolanos, cubanos, nicaragüenses y otros el señor amabilidad enviará treinta mil al mes, algo así como 660,000 hasta que termine el actual sexenio mexicano. Esperemos se les otorgue asentamiento en un rancho ubicado en Macuspana, con apoyo de sembrando vida.
No podía faltar, con tanto cariño que nos une, las señoras de indulgente y parlanchín, entre beso y beso, visitaron a la virgen de Guadalupe en su recinto de la basílica.
Los conservadores, de aquí, dejaron correr el rumor de que fueron de compras al MALL preferido de Claudia: Mitikah, donde se tomaron un café con la susodicha, para que fueran conociéndose; son injurias, no crea usted nada.
A Ansioso, se le vio poco, se perdió en Polanco, asintió a todo lo que paciente dijo, que no fue mucho. Lo más destacado es que dejó plasmada su preocupación por los pueblos originarios de allá y la fraternidad con los de aquí, pronto tendremos un gran encuentro de hermandad entre ambos pueblos originarios. Falta saber en qué lenguaje será dicho encuentro, ya que hay que desterrar los idiomas colonizadores; español, ingles y francés.
Ustedes, preclaros aunque escasos lectores, ya imaginan que parlanchín no perdió oportunidad de monopolizar micrófono. Suplicó que no se olviden de que hay un sur en América, revivió la sustitución de importaciones, alabó a sus visitantes aunque no los dejó hablar, presumió de su New aeropuerto, dio su acostumbrada clase de historia patria en el Palacio (colonial), recordó la Alianza para el Progreso, en resumidas cuentas les endilgó un setentas del siglo pasado.
Tal parece que indulgente y ansioso no se enteraron de mucho, están como en otra onda, como más actual, más pragmática, de menos rollo.
Los tres quedaron muy contentos, parlanchín internacionalizó su mañanera y dejó claro la reciedumbre del pueblo, ansioso se llevó sus acuerdos medio ambientales, e indulgente su hamburguesa con todo y chile serrano.
Tan fácil, deberían reunirse cada tres meses y el mundo sería mucho mejor.
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