CARTA
Imagino que todas las noches, después de largas horas de intenso trabajo, tu mente te traslada al Palacio Nacional y te ves siendo la más manda de México. La primera mujer presidenta de la nación. Ante esa perspectiva todo esfuerzo es superable con creces.
Es obvio que para alcanzar el sueño dorado tienen que suceder, entre otros, dos acontecimientos imprescindibles: ser candidata de MORENA y ganar la elección.
Ser candidata de MORENA, tú, yo y todo cristo y crista (sic) en este país sabemos que pasa por una encuesta a un solo encuestado, aunque se simule que miles participaron en ese "democrático" evento.
Por tanto, la pregunta es: ¿Cómo conquistar al encuestado?, más coloquialmente ¿qué chingaos quiere López?
No es ningún secreto, él se encarga día sí y día también de decirlo a los cuatro vientos: LEALTAD al proyecto de la cuarta transformación, coloquialmente, sumisión total a su persona.
Claudia, permíteme adelantarme en el orden lógico e ir a la segunda parte, ganar la elección.
Tú como ente político, ni tus “adversarios” morenos, cuentan con votos propios, en dado caso muy pocos, en tu caso específico no creo que pasen de dos centenas, perdón por la rudeza innecesaria.
Los votos que obtengas tú u otro candidato son producto del arraigo de López (en deterioro), del aparato de Estado que ya está puesto en marcha y del cash. Conclusión: la variable candidato es poco significativa, en lenguaje matemático, para recordar viejos tiempos.
Perdón por la crudeza de lo que viene, si me equivoco y es significativa, por ejemplo si la votación es reñida, los hechos no te ayudan, en simpatía hasta la bruja escaldufa te saca un tanto, tus "compañeros de partido" (eufemismo priísta) te sacan un largo trecho.
Leíste muy bien ese asunto de la lealtad-sumisión, pero tengo duda de que hayas atinado la estrategia, el cómo, volverte la repetición insulsa, además de aburrir, te deja ver sin personalidad y carente de ideas. No dudo que a don ego le encante y ya sabemos a quién hay que alagar.
Tengo otra mala noticia para ti, en este asunto clave de la lealtad, a pesar de años de esfuerzo y aguantar vara, no obtienes el primer lugar, la infancia marca, la familia es origen, el terruño puede mucho, el lenguaje hermana. Tienes un segundo sitio lejos del primero.
Por no omitir criterios de decisión, si cuenta la eficacia, que podría ser tu fuerte, estás muy atrás. Te toco bailar con una fea: la CDMX. Nuevamente, tus contrincantes se pueden lucir, hasta el rebelde hace su tarea y torea por chicuelinas.
¿Has pensado que el sabotaje puede tener origen casero? Olvídalo, no sé cómo se me pudo ocurrir tan descabellada idea.
Por último, bien sabes que él más manda no se toca el corazón (¿tendrá?) para arrogar al basurero a quien ya no le sirve, con recordar a Rosario es suficiente, prepárate, no vaya a ser.
Al mal tiempo buena cara.
P.D. Saludos a Esquivel y su marido
Fuerte, pero acertado
ResponderBorrarzaaas
ResponderBorrarSu única carta fuerte es que el que más manda de el banderazo al grito de ¡Es Claudia! y toda la borregada corra a votar por ella. ¿Será?
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