Enemigo HABEMUS

Después de leer innumerables autores, de reconocido prestigio en el mundillo de la "ciencia" política, me queda claro, nítido que los populistas necesitan de un enemigo al cual achacar los males que aquejan al pueblo y la nación. Enemigo a enfrentar para alcanzar el anhelado futuro lleno de luz, justicia y bonanza, que tan malvados enemigos han escamoteado al pueblo limpio, sabio, honesto, trabajador, patriota y cuanto adjetivo engrandecedor quiera usted añadir.

No resulta difícil encontrar enemigos del pueblo, un poco más complicado es mantenerlos en los primeros lugares de la preferencia del pueblo. Hasta los enemigos se desgastan y pierden vigencia.

¿Dónde quedó la "Mafia en el Poder"? Coludida con el poder. Entrando y saliendo de Palacio Nacional, en giras con el SEÑOR PRESIDENTE, construyendo el México del futuro, amarrados al mástil de la Cuarta Transformación hasta que el barco zozobre.

El enemigo etéreo de la corrupción, barrer de arriba hacia abajo (a falta de una moderna aspiradora), perdió prestigio, credibilidad; a tal punto que ahora es bandera de la oposición, que un día sí y otro también, saca los trapitos sucios al sol de reconocidos sujetos aledaños al barredor oficial.

El conquistador español, cadáver con más de doscientos años muerto y quinientos de su arribo, sirve pero poco. Los muertos aunque se les reviva no dan para mucho. A matar gachupines no prende. 

Los "traidores a la patria" léase diputados de oposición, enemigo muy fugaz, de por sí  bastante menor, no sirvieron ni de botana en el manjar de los enemigos.

Los intelectuales y periodistas conservadores han sido un gran aporte como enemigo del progreso y la nueva patria. Se conservan en un lugar de honor entre los furibundos enemigos de la tan traída y llevada transformación. Pero, además de desgaste furibundo de que han sido objeto, pensar que un Loret, una Aristegui, un Alazraki, un Aguilar Camín puedan ser objeto del odio del pueblo llano y llevar al linchamiento enardecido vía millones de votos en las urnas es desmedido. Seguirán siendo enemigos, pero son insuficientes para llenar el pozo vacío del resentimiento.

Sonaron las alarmas en Palacio Nacional, vecino de la Catedral de México y cercano a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, cuando en un claro traspiés se le intentó adjudicar a la Iglesia Católica Apostólica y Romana el maldito status de enemiga, conservadora y aliada de la oligarquía. STOP, para atrás los filders (lenguaje conocido en Palacio), por ahí no.

Si los enemigos se caen, se desgastan, son de pequeña monta o más vale no tentarle al diablo con algunos, no queda más que construir un nuevo enemigo, sobre todo si la gesta heroica, tiene una cita vital en junio de 2024.

No hay problema, se tiene a la mano el enemigo de siempre, el magnífico, el odiado: EL IMPERIALISMO YANKEE.

Un querido profesor de mi facultad de economía invento la excusa perfecta cuando no preparaba la clase, "Le tiras duro al imperialismo durante una hora y a continuación abres el diálogo". (Con variantes, es una opción bastante socorrida, se sustituye por el gobierno en turno o las autoridades escolares, en lugar del demonio del norte).

Con paciencia y perseverancia se ha despertado de su letargo, a base de picotearle las costillas, al gran enemigo hasta que brincó y tiró un manotazo. Una controversia en términos de algunos artículos del tratado de libre comercio firmado por el enemigo y su eterna víctima. Más que suficiente.

Nos envolvemos en el lábaro patrio, no somos colonia de nadie, uy uy que miedo y nos vemos el 16 de septiembre.

Enemigo HABEMUS.

Próxima estación las elecciones de junio de 2024.

Después habrá que recoger el tiradero.